
http://www.minutodigital.com/noticias/2010/04/29/%c2%bfdonde-esta-de-juana-chaos/



Oigo, patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón;
sobre tu invicto pendón
miro flotantes pendones,
y oigo alzarse a otras regiones
en estrofas funerarias,
de la iglesia las plegarias,
y del arte las canciones.
Lloras, porque te insultaron
los que su amor te ofrecieron
¡a ti, a quien siempre temieron
porque tu gloria admiraron;
a ti, por quien se inclinaron
los mundos de zona a zona;
a ti, soberbia matrona
que, libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo
que el peso de tu corona!.
Do quiera la mente mía
sus alas rápidas lleva,
allí un sepulcro se eleva
contando tu valentía;
desde la cumbre bravía
que el sol indio tornasola,
hasta el África, que inmola
sus hijos en torpe guerra,
¡no hay un puñado de tierra
sin una tumba española!.
Tembló el orbe a tus legiones,
y de la espantada esfera
sujetaron la carrera
las garras de tus leones;
nadie humilló tus pendones
ni te arrancó la victoria;
pues de tu gigante gloria
no cabe el rayo fecundo,
ni en los ámbitos del mundo,
ni en el libro de la historia.
Siempre en lucha desigual
cantan tu invicta arrogancia,
Sagunto, Cádiz, Numancia,
Zaragoza y San Marcial;
en tu suelo virginal
no arraigan extraños fueros;
porque, indómitos y fieros,
saben hacer sus vasallos
frenos para sus caballos
con los cetros extranjeros.
Y aún hubo en la tierra un hombre,
que osó profanar tu manto.
¡Espacio falta a mi canto
para maldecir su nombre!
Sin que el recuerdo me asombre,
con ansia abriré la historia;
presta luz a mi memoria,
y el mundo y la patria a coro,
oirán el himno sonoro
de tus recuerdos de gloria.
Aquel genio de ambición
que, en su delirio profundo,
cantando guerra, hizo al mundo
sepulcro de su nación,
hirió al ibero león
ansiando a España regir;
y no llegó a percibir,
ebrio de orgullo y poder,
que no puede esclavo ser,
pueblo que sabe morir.
¡Guerra! clamó ante el altar
el sacerdote con ira;
¡guerra! repitió la lira
con indómito cantar:
¡guerra! gritó al despertar
el pueblo que al mundo aterra;
y cuando en hispana tierra
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra!.
La virgen, con patrio ardor,
ansiosa salta del lecho;
el niño bebe en su pecho
odio a muerte al invasor;
la madre mata su amor,
y, cuando calmado está,
grita al hijo que se va:
"¡Pues que la patria lo quiere,
lánzate al combate, y muere:
tu madre te vengará!".
Y suenan patrias canciones
cantando santos deberes;
y van roncas las mujeres
empujando los cañones;
al pie de libres pendones
el grito de patria zumba
y el rudo cañón retumba,
y el vil invasor se aterra,
y al suelo le falta tierra
para cubrir tanta tumba!.
¡Mártires de la lealtad
que del honor al arrullo
fuisteis de la patria orgullo
y honra de la humanidad.
en la tumba descansad,
que el valiente pueblo ibero
jura con rostro altanero
que, hasta que España sucumba,
no pisará vuestra tumba
la planta del extranjero!.
Bernardo López García (Jaén, 1838 - Madrid, 1870)
El general Dupont, desde Andújar, no se atrevió a plantear una batalla a las fuerzas del general Castaños, y prefirió retroceder, buscando enlazar con las otras tropas francesas mandadas por los generales Vedel y Dufour, que venían en su ayuda y que estaban ya casi en el límite de la provincia. Al dirigirse con esa intención a Bailén el 18 de julio, se encontró con las tropas del general Castaños que en esos momentos salían de la ciudad, y allí mismo se entabló la batalla.
Blas de Lezo y Olavarrieta (Pasajes, Guipúzcoa, 3 de febrero de 1687 – Cartagena de Indias, 7 de septiembre de 1741), almirante español conocido como Patapalo, o más tarde como Mediohombre, por las muchas heridas sufridas a lo largo de su vida militar, fue uno de los mejores estrategas de la historia de la Armada Española, y al mismo tiempo uno de los mayores desconocidos.
Formado como marino en la armada francesa, ingresó en 1701 como guardiamarina y en 1704 combatió en la Guerra de Sucesión española como tripulante de la escuadra francesa que se enfrentó a las fuerzas combinadas de Inglaterra y Países Bajos en la batalla librada frente a Vélez Málaga. Allí perdió Lezo la pierna izquierda. Ascendido a alférez de navío, asistió al socorro de Peñíscola y de Palermo en Sicilia; estos y otros méritos le valieron un nuevo ascenso a teniente de navío. Tomó parte en la defensa del Castillo de Santa Catalina en Tolón, donde perdió el ojo izquierdo. Ostentó el mando de diversos convoyes que llevaban socorros a Felipe V, burlando la vigilancia inglesa sobre la costa catalana. En 1711 sirvió en la Armada a las órdenes de Andrés Pérez. En 1713 ascendió a capitán de navío y en 1714 perdió el brazo derecho en el segundo sitio de Barcelona. En esa época, y al mando de una fragata, apresó once navíos británicos, entre ellos el emblemático Stanhope, buque muy bien armado y pertrechado.
En 1732, a bordo del Santiago, mandó una expedición a Orán con 54 buques y 30.000 hombres y rindió la ciudad, si bien cuando se marchó, Bay Hassan logró reunir tropas y sitiarla; Lezo retornó en su socorro con seis navíos y 5.000 hombres y logró ahuyentar al pirata argelino, tras reñida lucha. No contento con esto, persiguió su nave capitana de 60 cañones, que se refugió en la bahía de Mostagán, baluarte defendido por dos castillos fortificados y 4.000 moros. Ello no arredró a Lezo, que entró tras la nave argelina despreciando el fuego de los fuertes, incendiándola y causando además grave ruina a los castillos. Patrulló después durante meses aquellos mares impidiendo que los argelinos recibieran refuerzos de Estambul, hasta que una epidemia le forzó a regresar a Cádiz.
HONOR Y GLORIA A LOS QUE DIERON SU VIDA POR ESPAÑA








Miguel de Cervantes Saavedra fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español. Supónese que nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares y murió el 22 de abril de 1616 en Madrid, pero fue enterrado el 23 de abril y popularmente se conoce en forma errónea esta fecha como la de su muerte. Es considerado la máxima figura de la literatura española. Es universalmente conocido, sobre todo por haber escrito El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de Príncipe de los Ingenios. 

El Ayuntamiento de Córdoba, gobernado por IU en coalición con el PSOE, ha dado a conocer un proyecto abonado a la polémica. El Instituto Municipal de Gestión Medioambiental destinará 160.000 euros a la mejora y señalización de un sendero en la Sierra con el que se pretende rendir homenaje a los terroristas «maquis», nombre popular con el que se conocía a la guerrilla republicana que asesinó a miles de españoles tras la Guerra Civil.
En su aplastante mayoría los componentes de los diversos maquis eran anarquistas o comunistas produciéndose ya a inicios de los años cuarenta un predominio de estos últimos. De hecho, su acción más importante —y totalmente fallida— fue la invasión del valle de Arán por parte de más de 3.000 combatientes organizados en Francia bajo la bandera del PCE y la dirección de Santiago Carrillo y el mando militar del teniente coronel Vicente López Tovar, militante comunista. La operación fue directamente autorizada por Stalín quien, a mediados de octubre de 1944, hizo saber al PCE por medio del secretario general del Komintern, Georgi Dimitrov, la necesidad de “obligar a los dirigentes socialistas, anarquistas y republicanos españoles a abandonar su política de pasividad y de espera a que el problema español lo resolvieran desde fuera los imperialistas (…) formar un gobierno o algo parecido que pudiera hablar y tratar en nombre del pueblo español [con el respaldo de] un movimiento popular cuya expresión principal sólo podía ser, en la situación de España, la lucha guerrillera”.
Y el maquis pretendió ser ese instrumento político-militar al servicio del comunismo para aparentar la existencia de un movimiento popular.

Pedro de Valdivia nació en la extremeña ciudad de Villanueva de la Serena en Badajoz, España en el año 1497 y murió el 24 de diciembre del año 1553 en Tucapel, Chile. Este militar que participó de la conquista del continente americano en forma activa hizo historia importante en el territorio de lo que hoy conocemos como Chile.





Este abismo cultural habría desencadenado el principio del ataque. Se dice que el clérigo entregó a Atahualpa una Biblia. Este acto representaba de manera simbólica la entrega de la revelación cristiana. Atahualapa, ante la imposibilidad de comunicarse, y careciendo totalmente de una noción de escritura que le permitiera sospechar qué era lo que tenía en las manos; arrojó el libro y exigió airadamente que los españoles devolvieran todo lo que habían ido tomando a su paso por el Tahuantinsuyo.