viernes, 30 de abril de 2010

-BATALLA DE BAILEN-



Esta Batalla de nuestra Guerra de Independencia supuso la primera derrota en la historia del potentísimo ejército napoleónico, la Grande Armée. Tuvo lugar el 19 de julio de 1808 junto a la ciudad jienense de Bailén. Enfrentó a un ejército francés de unos 21.000 soldados al mando del general Dupont con otro español ligeramente más numeroso (unos 24.000) al mando del general Castaños. El ejército francés fue derrotado y hecho prisionero, en lo que supuso la primera derrota militar de Napoleón.

El general Dupont, tras su victoria en la batalla de Puente Alcolea y tras tomar y saquear Córdoba, se preocupó al saber que el general Castaños estaba organizando un ejército que podía cortarle su comunicación con Madrid, y dejarle sin bases apropiadas para mantener su avance entre poblaciones hostiles, por lo que abandonó Córdoba y se recogió al amparo de Andújar, donde estableció su cuartel general. Por su parte, el general Castaños puso en pie su ejército tomando como base los antiguos cuerpos militares, a los que se sumaron reclutas de las Juntas Provinciales de Andalucía. Desde su cuartel general en Utrera se dirigió a Sierra Morena para cortar las comunicaciones con el centro de la Península a las tropas francesas en Andalucía.

El general Castaños, en una serie de osadas maniobras, desplazó su ejército de día y de noche, cambiando constantemente de dirección, de manera que las tropas francesas no pudiesen estar seguras de sus intenciones, mientras él se mantenía perfectamente al corriente de los movimientos franceses a través de los paisanos. Ante ello, el general Dupont, envió parte importante de sus fuerzas a La Carolina, con la intención de proteger el paso hacia Madrid de un posible ataque del general Castaños, lo que le hubiese supuesto la incomunicación que tanto temía. Pero éste había realizado todos sus movimientos precisamente con la intención de forzar al general Dupont, a dividir sus fuerzas; se cumplía así la primera condición que el general Castaños había imaginado como necesaria para la victoria española.
El general Dupont, desde Andújar, no se atrevió a plantear una batalla a las fuerzas del general Castaños, y prefirió retroceder, buscando enlazar con las otras tropas francesas mandadas por los generales Vedel y Dufour, que venían en su ayuda y que estaban ya casi en el límite de la provincia. Al dirigirse con esa intención a Bailén el 18 de julio, se encontró con las tropas del general Castaños que en esos momentos salían de la ciudad, y allí mismo se entabló la batalla.

El hecho de que el enfrentamiento tuviese lugar a las mismas puertas de Bailén pudo ser decisivo para la victoria española: la población local apoyó en todo cuanto pudo a sus tropas; la ayuda más importante fue sin duda el suministro de agua para los soldados, en un día que los cronistas señalan como "especialmente caluroso" —en una región que ya de por sí registra elevadísimas temperaturas en esa época—. El suministro de agua no fue menos importante para las piezas de la excelente artillería española, que no dejaron de cumplir su cometido contra las tropas francesas; en el bando contrario, sin embargo, la efectividad de la artillería estuvo sustancialmente reducida por el exceso de calentamiento de los cañones.

Después de varios episodios de lucha muy virulenta, en unas condiciones climáticas asfixiantes, el general Dupont, fue derrotado por las tropas del general Castaños antes de que las tropas del general francés Vedel, que volvían desde La Carolina al haber finalmente adivinado las intenciones del general Castaños, pudieran unirse a él. Unos 17.600 soldados franceses depusieron sus armas. Las condiciones de rendición fueron suaves e incluían que las tropas francesas fueran repatriadas a Francia. Sin embargo, estas condiciones no fueron cumplidas nunca: aunque el general Dupont y sus oficiales fueron liberados y trasladados a Francia, sus hombres fueron deportados a la desolada isla de Cabrera. No más de la mitad seguían vivos al finalizar la guerra. La derrota del general Dupont en Bailén tuvo graves consecuencias para el esfuerzo de guerra francés. La noticia se extendió por toda la península y forzó al rey José I Bonaparte a abandonar Madrid, además de poner en duda la aparente invencibilidad de los franceses. Napoleón tuvo que acudir a la península con un nuevo y numeroso ejército para consolidar su dominio.

...En el escudo de la ciudad de Bailén figura en lugar preferente un cántaro, que se dice representa a María Bellido; según la tradición, esta mujer habría utilizado el cántaro precisamente para suministrar agua a los soldados españoles; parece más bien, sin embargo, que se trata de un personificación simbólica: todo el conjunto de la ciudad habría colaborado con ese suministro durante la batalla, y el personaje de María Bellido se habría creado precisamente para personalizar el gesto...


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