El morrión era una armadura que apareció en la España imperial de principios del siglo XVI que cubría la cabeza de los antiguos caballeros; su forma era algo cónica y contaba de ordinario con una cresta casi cortante.
También tenía ala ancha, levantada y abarquillada que terminaba en punta por delante y por detrás. En la cumbre o cimera, casi siempre curva, presentaba bien una especie de gancho, uña o botón, bien una punta afilada.
También tenía ala ancha, levantada y abarquillada que terminaba en punta por delante y por detrás. En la cumbre o cimera, casi siempre curva, presentaba bien una especie de gancho, uña o botón, bien una punta afilada.
Aunque el morrión lo utilizaban particularmente la infantería o los peones, no por eso dejaban de llevarlo los caballeros y personajes notables a causa de ser más ligero que el yelmo y dejar el rostro descubierto para poder respirar más fácilmente.
Asociado popularmente a los tercios españoles del Siglo de Oro y a los conquistadores españoles de América, el morrión fue adaptado al equipamiento militar del resto de países europeos en los siglos XVI y XVII.
El morrión era un casco en forma de media almendra para hacer resbalar los golpes, tenía en su interior un capacete de tres o cuatro correas cruzadas, que apoyaban en la cabecera, y daban ventilación al casco y amortiguaban los golpes verticales. Unas alas casi horizontales contribuían a que los golpes verticales no llegaran al cogote, las orejas o la cara.
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