La definición de Cataluña como “nación”, “nacionalidad” o “realidad nacional” centró durante meses la polémica en torno a la redacción del Estatut. Pero, finalmente, el Tribunal Constitucional ha fallado que el preámbulo donde se recogen estos términos “carece de de eficacia jurídica interpretativa”. Además, recalca en su sentencia “la indisoluble unidad de la nación española, consagrada en la Constitución”.
Se trata de una decisión de compromiso, que no borra del Estatuto la consideración de nación, pero que la vacía de contenido jurídico, rebajándola a una mera declaración de principios. Por tanto, el texto estatutario mantendrá que “el Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación. La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Cataluña como nacionalidad”.
Pero la sentencia dejará bien claro que no hay margen para aventuras independentistas. Así, según Europa Press, el Alto Tribunal ha remarcado hasta en ocho ocasiones “la indivisible unidad de España”. Los magistrados han querido acabar con cualquier interpretación ambigua apelando al artículo segundo de la Carta Magna: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.
Golpe simbólico
Este acuerdo entre los magistrados progresistas y conservadores no gustó al presidente de la Generalitat, José Montilla, quien insistió en que Cataluña es una “nación”. “Ningún tribunal puede jugar con los sentimientos ni con la voluntad de los catalanes”, afirmó. El golpe simbólico al Estatut también provocó la airada respuesta del presidente de CiU, quien aseguró: “Cataluña debe demostrar que tiene carácter y que sabe lo que es. Si Cataluña somos una nación, ahora más que nunca hemos de demostrar que lo somos y estamos dispuestos a ejercer como nación”.
Y es que más que en cuestiones concretas como el Poder Judicial o las relaciones económicas con el resto del Estado, los líderes nacionalistas basaron ayer su rechazo al fallo en conceptos como la identidad y la dignidad “como pueblo y como nación”. Ideas que podrán seguir leyéndose en el preámbulo del Estatut.
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