sábado, 6 de febrero de 2010

La historia de Mahou comenzó a finales del siglo XIX, cuando el francés Casimiro Mahou recaló en Madrid. Tras probar con diversos negocios, en 1890 puso en marcha una factoría de cervezas y hielo en la calle de Amaniel, lo que ahora es el archivo regional.Desde los Primeros años los productos Mahou alcanzaron un reconocido prestigio. Como testimonio gráfico de su vinculación a Madrid existe una tarjeta postal de 1907 en la que puede verse, delante de la estación de Atocha, carruajes con barriles de cerveza.
En 1962 se levantó la nueva fabrica del paseo Imperial, donde actualmente trabajan 1.370 empleados. De aquí salen todos los días más de cinco millones de litros de cerveza. Para lograrlo se necesita que centenares de camiones, con cebada y lúpulo españoles, suelten su carga en la fábrica.
En la industria se llevan a cabo todos los procesos de tueste, cocción, fermentación y embotellado necesarios. Gigantescos alambiques -algunos se pueden observar porque están expuestos al público tras un cristal que da a la calle- y bodegas descomunales son algunos de los elementos que guarda esta mole industrial. La fábrica no es contaminante. Tiene su propia estación depuradora de aguas, y por sus gigantescas chimeneas sólo se esparce al aire vapor de agua.
En 1992, Mahou levantó la fábrica de Alovera, para concentrar allí toda su producción. Según Juan Carlos Moreno, del comité de empresa, los incentivos fiscales de Castilla-La Mancha fueron fundamentales para la decisión. Mahou es actualmente empresa puntera de cervezas en España y la quinta de Europa. Sus líneas de producción son las más modernas del continente, las inversiones en mejoras tecnológicas son gigantescas. Mahou exporta sus productos a medio mundo. En Hong Kong o Japón se puede tomar esta cerveza.
Con su marcha dejará un enorme vacío en Madrid: 61.000 metros cuadrados de valioso terreno en el Pasillo Verde, que según el Plan General de 1982 son de terreno industrial.





Dicen los sabios del lugar que recién inagurada la fábrica de Mahou, allá por las cercanías de un estadio de fútbol sufridor, dicha cerveza, a pesar de su calidad, no tenía mucho tirón, es decir, mucha venta.
Total, que desde la dirección de la empresa se inició una estrategia, una estrategia que hoy la llaman marketing. Y fue curioso y dicen que se desarrolló así. Se contrató a un grupo de comerciales que se dedicaron a recorrer los bares, bodegas, tastas y demás de Madrid, y no ofreciendo esta cerveza, sino que vestidos de calle, normal, como cualquier otro hijo de vecino, llegaban a la bodeguita en cuestión y pedían una Mahou. Si no se la daban, se despedían amablemente sin tomar nada. Si se la daban, se la tomaba religiosamente, pagaba y se iba. Con ello, se empezó a dar a conocer la Mahou, a crear una sensación de curiosidad entre los clientes, llendo a más cada día hasta que empezó a consolidarse cada día más. Hasta el punto de que hoy en día es una de las cervezas más vendidas en España, por no decir en el mundo.


Todo ello, respetando, por supuesto, la calidad de entonces, o incluso mejor.
Y decirle a un reciente ex Conseller catalán que Madrid no debe su bandera autonómica a Mahou, sino a las 7 escuelas de Astronomía de las que habla la historia de Madrid. Recuerde, sr conseller, Mahou tiene cinco estrellas, cinco deliciosas estrellas, como su calidad, Madrid, y su comunidad, tienen 7, como sus 7 escuelas de astronomía.
Pero bueno, dejemos la política y disfrutaréis plenamente de esta magnifica bebida.
Al principio, y este es un pequeño pero, os podrá saber un poco amarga, pero es la falta de costumbre, y su especial sabor. Pero en la cinco estrellas no se nota tanto, es casi más suave. No mucho, pero sí un poco en cuanto acidez.
Conozco fábricas en Madrid y en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Y la podeis encontrar en casi todos los supermercados e hipermercados.
Y recordab, bebed con moderación. Y si bebéis, dejad el coche a otro, el búho, ese conductor que no ha bebido esa noche.
El grado de alcohol es el 5.5 %

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